Algo más sobre las imágenes de satélite.

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En otras entregas de Ráfaga 340 hemos dedicado espacio a las imágenes y datos de los satélites meteorológicos, ambos de gran utilidad ya que permiten observar grandes extensiones del planeta.

Las imágenes no son más que energía

Las imágenes son captadas por dispositivos llamados radiómetros, de los cuales pudiéramos decir de manera simplificada que son “cámaras” preparadas para captar la energía en distintas longitudes de onda, pues la luz que se comporta como una onda electromagnética, de forma similar a las ondas de radio, etc.

El ojo humano es capaz de captar una porción de esas longitudes de onda, que corresponden  precisamente a la “luz” visible, que comprende todos los colores del espectro, desde el rojo hasta el violeta. A la radiación que está más allá del color violeta, con una energía muy alta, se denomina ultravioleta y a la que está por debajo del color rojo,  menos energética, se le denomina infrarroja.

Para captar estas ondas “invisibles” son necesarios estos dispositivos especiales. Algunos de ellos hoy en día vienen incorporados en cámaras de filmación y sistemas de vigilancia que permiten ver en la oscuridad casi total, oscuridad que existe para los seres humanos porque nuestros ojos no captan el resto de la energía que nos rodea.

Sin embargo, algunos otros aparatos no diseñados a tal efecto nos permiten verla: le propongo que tome la cámara de su teléfono celular y el mando a distancia de cualquier electrodoméstico, y mire a través de esa cámara qué ocurre en el extremo que debe apuntarse al equipo remoto (donde se emite la señal), cuando se presiona cualquier botón del mando a distancia. Podrá observar cómo para la cámara del teléfono móvil (aunque es válido para cualquier cámara digital) es visible la “luz” que se emite.

Las imágenes de satélite en la televisión

Las imágenes que se utilizan comúnmente en los medios televisivos son de dos tipos: visibles e infrarrojas. Las primeras tienen un alcance limitado, ya que solo pueden usarse cuando incide la luz solar sobre la región del planeta que se quiere observar, en tanto en ellas se observa la luz que se refleja en los distintos elementos de nuestro planeta: nubes y contaminantes presentes en la atmósfera y las superficies terrestre y marina, así como otros cuerpos de agua.

La proyección de sombras, producto del ángulo de incidencia de la luz solar, revela características de las nubes y otros elementos presentes, sobre todo en las primeras y últimas horas del día, cuando este incide más “horizontalmente”, produciendo vistas espectaculares, como la que encabeza este artículo.

Las imágenes infrarrojas, en su mayoría, pueden ser utilizadas las 24 horas del día, ya que no dependen de una fuente de energía (luz), sino que recibe la que es emitida por todos los elementos que mencionamos anteriormente, según su temperatura. Los cuerpos que están más calientes emiten una mayor cantidad de radiación infrarroja, que aquellos que tienen temperaturas más bajas. Es por ello que se dice que en ellas se observa la temperatura de las nubes, más bien de la parte superior de ellas.

Las nubes mientras más altas se encuentran en la atmósfera tienen una menor temperatura, sobre todo cuando hablamos de nubes de tormentas que tienen una extensión vertical de varios kilómetros y su tope puede superar los 12 kilometros de altura.

Así son fácilmente identificables las áreas de tormentas y de lluvias más fuertes, basados en que esos fenómenos ocurren precisamente en estas nubes de tipo cumuloninbus.

No obstante, pueden ser confundidas con otros tipos de nubes, que también son frías por la altura a la que se encuentran, pero que no producen lluvias y mucho menos tormentas eléctricas.

Es posible obtener estas imágenes porque la atmósfera es casi transparente a estas longitudes de onda, es decir, no es absorbida ni dispersada por ningún gas u otro componente presente en la misma. Recuerde que lo que “ve” el satélite es energía que viaja a través de la atmósfera hasta él mismo, en el caso de las imágenes visibles esta energía hace un viaje doble, ya que pasa a través de la atmósfera cuando llega desde el Sol y luego cuando es reflejada hasta el satélite.

En los últimos días, en la televisión han sido usadas imágenes de satélite que muestran el contenido de vapor de agua en la atmósfera.

Estas imágenes, también son infrarrojas, ya que se basan en el mismo principio que explicamos, pero se diferencian de las que estamos acostumbrados a ver, porque aprovechan una parte del espectro infrarrojo en que la energía es absorbida por ese vapor de agua, de manera tal que puede determinarse dónde hay más o menos humedad.